Thursday, March 21, 2013

Del Döppelganger



Doppelgänger: es el término alemán para el doble fantasmagórico de una persona viva. La palabra proviene de doppel, que significa "doble", y gänger, traducida como "andante". Su forma más antigua, acuñada por el novelista Jean Paul en 1796, es Doppeltgänger, 'el que camina al lado' (Molina Foix: 10-11). El término se utiliza para designar a cualquier doble de una persona, comúnmente en referencia al "gemelo malvado" o al fenómeno de la bilocación.
También se utiliza la palabra para describir el fenómeno por el cual una persona puede ver su propia imagen por el rabillo del ojo.
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Cuando tenía como 12 años, todo el día repetía la misma consigna: "Quiero un hermano gemelo". Mis padres no entendían si era uno de mis performances habituales dentro de mi comportamiento cotidiano en casa (los cuales eran muy variados y en algunos casos incomprendidos, siempre recurrentes) o si en realidad era algo que quería. De entrada me contestaban que no me hiciera mensa, que yo sabía que eso era imposible y que me tenía que conformar con los hermanos que tenía (mi hermana y mi hermano, ambos menores).

Mi argumento era que quería a alguien como yo pero en niño- y no juzguen o comenten nada, esperen a leer lo demás-. Ahora que lo pienso, no entiendo mucho como en qué podía radicar lo especial en ello, sólo que se tratara de una versión diferente a mí y que al mismo tiempo fuera lo suficientemente parecida a mí como para que me pareciera una persona interesante. (Esto último era lo último que me quedaba de ego en aquél entonces).

Ahora, remitiéndonos a la definición antes mencionada, existe la posibilidad del "fantasma de una persona viva", lo cual considero que puede ser más factible dadas las circunstancias de mi casi nula carrera de escritora. Se puede decir que este texto es el fantasma de Andrea.

Al mismo tiempo, parece ser que tengo no un gemelo, sino una gemela malvada. No la he visto, sólo sé que ahí está, conociendo a la misma gente que conozco, leyendo lo mismo que leo, visitando los mismos lugares que yo y, sin embargo, parece ser que es muy diferente a mí. No sé si nos parecemos físicamente. Creo, por lo que me han dicho, que ella es más apegada, es decir, se apega a los afectos, aunque a veces disfraza eso con insensibilidad e indiferencia, no dice lo que piensa, en cualquier momento puede ser la primera persona en demostrar que la combustión espontánea es posible y se le podría ver caminando en llamas. Una persona de fe, no de ciencia, que acepta el silencio como respuesta y que está dispuesta a cocinarle a las personas. Quizá sea posible demostrar su presencia en muchos lugares, no sé, dicen que la han visto con la misma gente que frecuento y en algunos eventos sociales a los que voy. Puede hablar de las mismas cosas que yo e incluso parecerse un poco a mí pero debo advertiros... dicen que tiene escamas en la espalda.

Existe otra versión de mi doppelgänger, y es la versión que tengo yo, porque sí creo en su existencia.

Está la versión en la cual alguien ve su propia imagen a través del rabillo del ojo, y es precisamente ésa la que creo que existe. Una imagen como tal, sin siquiera estar seguros de que es verdadera pero que, de cualquier modo, sirve como recordatorio de lo que se es: unas cajas sin desempacar, el viaje que no se hizo, 41 libros que sobrevivieron y están aquí, esperando a ser leídos o releídos, 14 357 canciones y las que faltan, un blog en estado de coma, las fotos, la pasta, las inseguridades, los vestidos que se usan esporádicamente en eventos selectos; las ganas de dormir, que siempre están ahí pero se quedan en eso...en simplemente ganas de dormir. Una lectura de mano, un perro que siempre quise y que no he podido tener, la playa en una caja, las horas de escribir hasta las 5 de la mañana y los libros en la mesa; tazas y tazas de café y cajetillas y cajetillas de cigarros. Varias cosas a medio terminar, las flores blancas que huelen a funeral, las jirafas. Una familia graaande y distante, otra familia pequeña y cerca. Clonazepam, paracetamol, naproxeno, nimesulida. 53 materias terminadas, una tesis sin terminar. Los besos que se dan, los que no, los que se quedan sólo en la palabra al final de los mensajes o las llamadas: "beso". Los abrazos a los amigos siempre, como si tuviera meses o incluso años de no verlos. Ir a comprar galletas todos los días, a la misma hora. Sentirme mal por regresar a vivir en casa, sentirme bien por regresar a vivir en casa. Los escritos en el congelador. Pasar la noche fuera de casa. Dormir en el sillón porque tu cama no es "tu cama". Dormir con todo y los ronquidos, comer sólo quesadillas cuando estoy nerviosa o deprimida. La incomodidad de que otros me vean comer. La tesis que da miedo terminar, los consejos de los amigos que no escuchas. Llevarle la contraria siempre a casi cualquier figura de autoridad, ser irreverente, esbozar una sonrisa...un grin después de que algo sale como quieres o te parece bien. Querer tener siempre la razón. Cenar con las amigas y extrañar a los que ya se fueron a otras tierras, mandar a la gente muy lejos, visitar a los que viven lejos. Extrañar a mamá. Querer irse siempre, decidir quedarse, visitar museos, sacar fotos, caminar sin rumbo por la ciudad. Aconsejar a todo el mundo, ser tal vez la mejor consejera posible pero ser la peor escuchando los consejos y más los propios. Las piernas flacas. Tomar cerveza... Pacífico (por supuesto), jugar Mario Kart, ver películas de Wes Anderson y Guy Ritchie o alguna en la que salga Jason Statham. Hacer proyectos sin futuro, querer publicar a los demás porque cree que tienen talento, odiar a Shakespeare y amarlo al mismo tiempo, leer poemas en voz alta en clase. Un fleco, una trenza, decir "eres un imbécil". Ser la amiga y la amante como si fueran dos personas diferentes (o así lo dan a entender). Encontrar páginas en internet y compartirlas con alguien. Mandar música. Sólo ha hecho el equivalente a dos mix tapes, ambos para la misma persona. Los amigos que le hablan, los que escriben, los que mandan cosas. Tener pila para la fiesta todo el tiempo, dormir a las 5 am para despertar a las 7 e ir a trabajar y aún después de la desvelada tener pilas para salir de fiesta después. Un anillo color turquesa. Un tatuaje para su familia y otro en la espalda que dice "The only thing I have is what I am"...

Ese doppelgänger sí existe, el que se ve con el rabillo del ojo.

1 comment:

Eden S. Riojas said...

Creo que es un texto que algunos llamas intimo, "Refletions of my life" diría un amigo. Creo que es un cuento. Me recordó de alguna forma algo que leí recientemente de Jamaica Kincaid: Girl, un texto en el que no se "narra"; la enumeración construye al personaje, el espacio, y todo lo demás.

Yo revisaría las repeticiones involuntarias al principio, y buscar la forma en que la voz del narrador sea la misma durante todo el texto. Al principio la redacción es controlada, académica, pesada. Mientras que al final las oraciones desenfadadas me parecieron más atractiva.